por Daiana-BsA - 23-mar-2022
Les compartimos la experiencia de cómo llego a Niten una de nuestras alumnas y cómo el entrenamiento le ayudó a conseguir sus objetivos profesionales.
Shitsureishimasu,Konichiwa yoroshiku onegaishimasu,
Empecé a entrenar en Niten de manera fortuita: me dirigía al supermercado de mi barrio y en el camino vi un cartel en la puerta de vidrio de un club de fútbol. La imagen mostraba a una persona con un traje que jamás había visto en mi vida, una suerte de escafandra enrejada y con aletas, todo vestido de azul oscuro y empuñando dos espadas de bambú. Había una actitud de tranquila fiereza en esa imagen. “Yo quiero usar ese traje” pensé de inmediato.
Como si la actitud se consiguiera con el traje. No sabía nada. Ni del arte de la espada samurai. Ni de Miyamoto Musashi Sensei. Anoté “Instituto Niten”. Y luego fui a google. Así empezó todo.
Soy artista visual, me dedico a traer imágenes al mundo, a desarrollar la técnica adecuada, la más eficaz para el contenido en cuestión y también acompaño a otros en ese camino a través de la docencia. No es casual que la imagen haya sido la carnada perfecta para mis inicios. Son muchos los paralelismos y analogías que se pueden establecer entre el arte de la espada y el ejercicio de las artes visuales. Con respecto a mi carrera como artista, el entrenamiento en Niten me ayudó a ser mucho más estratégica, a planificar y evitar las excusas que llevan a no cumplir con lo planeado, a exponer mi trabajo con coraje y sinceridad, empezar a distinguir qué conclusiones surgen del ego y cuáles de un análisis honesto.
En estos años ese aprendizaje me llevó a diseñar estrategias y ganar el dinero suficiente para comprar el bogu. Ese “traje” que me había enamorado. Y a la par pude concretar, a pesar de la adversidad económica que nuestro país atraviesa, un sueño: tener un espacio propio para ejercer mis actividades artísticas y docentes y seguir creciendo. Estoy muy agradecida.
Sayonara Arigato Gozaimashita!
Gómez
Abasto Matutino - Buenos Aires - Argentina